Las señales eran evidentes. De gira por España en mayo, el dúo musical cubano Buena Fe vio sus conciertos interrumpidos por matones; algunos fueron cancelados. Un mes después en París, las protestas orquestadas por un profesor universitario emigrado cubano obligaron a un prestigioso festival de poesía  a retirar  la presidencia de honor que iba a otorgar a la poeta cubana Nancy Morejón.

El 12 de julio, las inestables relaciones de Cuba con los gobiernos europeos empeoraron rápidamente. El Parlamento Europeo aprobó una “ Resolución sobre  el estado del PDCA UE-Cuba a la luz de la reciente visita del Alto Representante a la isla”. Hubo 359 votos a favor, 226 en contra y 50 abstenciones.

El PDCA es el  Acuerdo de Cooperación y Diálogo Político  que, facilitado por el Consejo Europeo y firmado en 2016, se suponía que alentaría a los países individuales a minimizar las diferencias con Cuba a favor del consenso europeo y el “compromiso constructivo”. Era haber “ apoyado el proceso de modernización económica y social en Cuba”.

El PDCA sustituyó a la “Posición Común” de la UE que, a partir de 1998, promovió relaciones que Cuba consideraba “unilaterales, intervencionistas, selectivas y discriminatorias”.

Josep Borrell, el máximo representante diplomático de la UE, había visitado Cuba en mayo en nombre del PDCA. Estaba ofreciendo “ apoyo al  cada vez más importante sector privado cubano” y colaboración “en la expansión de la reforma económica que se está produciendo” en Cuba.

El alcance de la resolución, con 60 temas, es vasto, con mentiras por todas partes. El sabor es evidente con estos artículos:

• “Considerando… que el Código Penal cubano… [permite que] ‘miles de personas [sean] condenadas a penas de entre uno y cuatro años de prisión cada año, sin que medie delito imputable…”

• “Considerando que el 11 de julio de 2021 tuvieron lugar las mayores protestas en Cuba desde el ‘Maleconazo’ de 1994; Considerando que numerosos manifestantes han sido detenidos en Cuba desde las protestas de julio de 2021…”

• “El PE condena el uso de la tortura y los malos tratos por parte de las autoridades cubanas…”

• “… Condena el apoyo del régimen cubano a la guerra de agresión rusa contra Ucrania y su defensa de Rusia y Bielorrusia.

• “… Reitera su llamado al Consejo para que… adopte sanciones contra los responsables de las persistentes violaciones a los derechos humanos en Cuba, comenzando por sancionar al [Presidente] Miguel Díaz-Canel…”

La acción del Parlamento Europeo le indicó a Cuba que las relaciones con la UE probablemente se tornarán tormentosas y dejarán de ser meramente inconvenientes e impredecibles. Ese es sin duda el objetivo, especialmente si hay fundamento en la  acusación de un comentarista  de que muchos de “estos parlamentarios” tienen vínculos “con funcionarios y diplomáticos de la CIA estacionados en la embajada de Estados Unidos en Bruselas y Luxemburgo”.

El resultado, según el diputado español al PE y miembro del Partido Comunista Manuel Pineda, es que “ este Parlamento  se ha convertido en un altavoz de las posiciones más reaccionarias y de extrema derecha, contaminando y enturbiando la que debería ser la casa de la soberanía europea”.

El Grupo de Conservadores y Reformistas Europeos (ECR) “ euroescépticos  y antifederalistas” del PE había presentado la resolución. El “ponente en la sombra” de la ECR Herman Tertsch, miembro del derechista partido español Vox,  explicó que “  la resolución es un paso más para poner fin a la intolerable complicidad de la UE con la dictadura cubana y la de su Alto Representante, Josep Borrell”.

“Los comunistas cubanos, como los comunistas de todo el mundo”, observó, “ojalá terminen en el basurero de la historia como miserables, asesinos y fracasados”. Denunció “sus cómplices en las democracias de América y Europa”.

La  Unión Europea  es, con mucho, el mayor socio comercial de Cuba y la mayor parte de la inversión extranjera en Cuba proviene de países de la UE, al igual que más de un tercio de los turistas que visitan Cuba. Habiendo contribuido con  100 millones de euros  durante muchos años, a partir de 2021, la UE ha donado la mayor parte de la asistencia para el desarrollo que ha recibido Cuba.

El momento de la resolución anticubana del PE fue significativo. La votación se perdió por un día el segundo aniversario de las grandes protestas antigubernamentales que tuvieron lugar en Cuba el 11 de julio de 2021. El secretario de Estado de EE. UU. Blinken aprovechó la ocasión para insistir en que “Estados Unidos se solidariza con aquellos en Cuba que continúan deseando una democracia libre”.

Además, poco después de la votación, del 17 al 19 de julio en Bruselas, se llevó a cabo una reunión cumbre de jefes de estado muy esperada entre la UE y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). La alianza CELAC incluye a todas las naciones del Hemisferio Occidental excepto Estados Unidos y Canadá,

Antes de esta cumbre hubo reuniones de la UE con alianzas regionales anteriores a la CELAC y cumbres CELAC-UE en 2013 y 2015. La pausa reciente fue el resultado del descontento de la UE con los “ gobiernos y líderes elegidos popularmente  ” en América Latina. Ahora el objeto es fomentar el “intercambio respetuoso” y “reconocer los intereses mutuos”.

La competencia de China con Europa en América Latina y el Caribe por el comercio, el acceso a los recursos naturales y las oportunidades de inversión puede haber proporcionado un mayor estímulo.

Reflejando el sentimiento oficial antes de la cumbre, la periodista  Claudia Fonseca Sosa  afirmó que, “Para Cuba, es importante que… el diálogo en Bruselas sea serio, participativo y diverso”. Pero las aspiraciones que expresó de “ consenso  y construcción de puentes” son las mismas que están siendo bloqueadas por la resolución del PE.

La Comisión de Relaciones Exteriores de la Asamblea Nacional de Cuba  denunció que “La Resolución del PE representa un acoso a las empresas europeas que invierten en Cuba o buscan hacerlo. También expresa la voluntad de las fuerzas políticas de extrema derecha de privar a la UE de su propia política independiente hacia Cuba… [y] contribuye al esfuerzo de EE. UU. por aislar a Cuba internacionalmente y justificar su bloqueo genocida”.

De hecho, “La adopción de esta resolución que señala a un… país viola los principios de respeto, inclusión y cooperación que fueron básicos para la Tercera Cumbre UE-CELAC y arroja dudas sobre las intenciones de la UE de restablecer las relaciones con la región”.

Elementos de derecha en el PE intentaron socavar la cumbre UE-CELAC. Golpearon los esfuerzos perennes del gobierno cubano para superar el aislamiento y obtener una medida de protección contra los ataques estadounidenses.

A medida que estos dos acontecimientos interrelacionados se acumulan en un nuevo dolor para Cuba, surge la impresión de la naturaleza cambiante y los métodos operativos de la oposición contrarrevolucionaria de Cuba, cambios que están en línea con la forma en que los extremistas de derecha están causando problemas en otros lugares.

La politóloga cubana Iramís Rosique Cárdenas  se refiere a  la corriente derechista tradicional con “conocido discurso liberal de propiedad privada, fundamentos de mercado, estado mínimo… y con cooperación socialdemócrata”. Pero otro opera a través de “una serie de movimientos y organizaciones de derecha y extrema derecha”. Sus ideas, “comunes”, incluyen: chovinismo nacional, dependencia de estados fuertes, proteccionismo económico, provincianismo en lugar de multiculturalismo, xenofobia, “centralidad de la familia tradicional”, discriminación contra las minorías excluidas, nacionalismo y fundamentalismo religioso.

Agrega que “la extrema derecha activa en Occidente muestra una hostilidad virulenta contra el progresismo latinoamericano, especialmente el proceso bolivariano, y contra los movimientos y estados vistos como ‘remanentes’ del comunismo del siglo XX o que, como China y Cuba, responden a los centros de poder europeos y norteamericanos. La debilidad de la izquierda, especialmente en la mayoría de los países industrializados, ha contribuido a su ascenso”.

WT Whitney Jr.  es un pediatra jubilado y periodista político que vive en Maine.