El PSOE y Unidas Podemos cerraron un acuerdo en materia de fiscalidad en el marco de las negociaciones de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2023. Así lo  confirmaron fuentes de ambas formaciones este jueves. La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, presentó las principales novedades en materia tributaria en una rueda de prensa celebrada en su Ministerio. En el paquete se incluye un nuevo impuesto para las grandes fortunas, la modificación del Impuesto de Sociedades, el aumento del IRPF a las rentas de más de 200.000 euros y beneficios en este impuesto para rentas bajas.

Montero remarcó que la propuesta presentada es compartida con los socios de Gobierno. El acuerdo general sobre los PGE, no obstante, todavía no ha llegado. La ministra presentó una serie de «medidas fiscales para la justicia social y la eficiencia económica». Montero defiende la necesidad de tener un «sistema fiscal progresivo, justo y eficiente». «Nuestro objetivo no es otro que avanzar en mayor justicia y cohesión social», destacó.

Las novedades, por tanto son el ya conocido impuesto a las grandes fortunas. Se denominará como «Impuesto de solidaridad de las grandes fortunas». Afectará a patrimonios superiores a los tres millones de euros. Será temporal y se aplicará en 2023 y 2024. El Gobierno ha establecido tres tramos. Tributarán al 1,7% los patrimonios entre tres y cinco millones de euros; al 2% quienes tengan entre cinco y diez millones, y para patrimonios de más de diez millones será un 3,5%. El impuesto afectará a 23.000 contribuyentes y tendrá un impacto de 1.500 millones de euros para las arcas públicas.

También se establecerán cambios en el IRPF. Por un lado se aumenta hasta el 27% el gravamen en las rentas de capital entre 200.000 y 300.000 euros. Para superiores a 300.000 euros se eleva hasta el 28%. Una medida que afectará a 17.814 contribuyentes y que supondrá un aumento de 204 millones en 2024.

En el IRPF no se tocan tramos, pero se aplicarán beneficios fiscales a las rentas bajas. Esto consiste en aumentos por la reducción de rendimientos de trabajo a los trabajadores con rentas de 18.000 a 21.000 euros. Montero lo ejemplificó de la siguiente manera: «Un trabajador que gana 18.000 euros anuales se ahorrará 746 euros al año».

La ministra afirmó que esta medida «no guarda relación con las deflactaciones de Madrid o Andalucía». «En ese caso se bajan todas las rentas. Algo que no ocurre en este caso porque no es una bajada generalizada de impuestos», afirmó. Otra novedad supone que el mínimo de tributación de IRPF aumenta a los 15.000 euros. Es decir, una persona con una renta anual de esa cifra no tendrá que tributar este impuesto.

Sobre el impuesto de sociedades se ha propuesto una rebaja del tipo nominal para pequeñas empresas. Las empresas con una cifra de negocio menor al millón de euros pasarán a tributar del 25% al 23%. Hacienda calcula que serán 407.384 las empresas beneficiarias.

Por otro lado, para las grandes empresas se limitará en un 50% la posibilidad de compensar las pérdidas de las filiales en los grupos consolidados. «No es un incremento fiscal sino que aplazamos la posibilidad de compensar la base imponible negativa», explicó Montero. La medida está solo dirigida a grandes empresas con volumen de negocio de 200 millones de euros. Representa a 3.609 empresas, el 0,2% de declarantes del impuesto de sociedades.

También se han incluido medidas dirigidas a los trabajadores autónomos. Por un lado, la rebaja adicional del 5% en el rendimiento neto de módulos para este régimen de trabajadores. Por otro lado, se eleva la reducción para gastos deducibles en el régimen de estimación directa.