La riqueza petrolera de Guyana en la Región de Esequibo, reclamada por Venezuela, está provocando un auge económico sorprendente, pero a costa de su vecino. En diálogo con Sputnik, el periodista Marcos Salgado dijo que esto podría escalar el conflicto entre ambas naciones. Guyana podría alcanzar un crecimiento del Producto Interno Bruto (PBI) del 52% en 2022, según las proyecciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), mientras que las economías de los países de Latinoamérica atraviesan un bajo crecimiento en el marco de las

dificultades de la post pandemia y las repercusiones de las sanciones de Occidente a Rusia por el conflicto en Ucrania.

El país, uno de los más pobres de la región, se ha convertido en una de las industrias petroleras en alta mar más prometedoras a nivel mundial, al punto de que podría llegar a alcanzar la mayor producción per cápita del mundo, según consignó un estudio de la Universidad de Navarra (España). El crecimiento inusitado de Guyana «está ligado al haber encontrado yacimientos muy importantes, no sólo de petróleo sino también de gas, en mar adentro, frente a las costas de Guyana o las de Venezuela», dijo a Sputnik Marcos Salgado, analista y periodista argentino residente en Venezuela. «La explotación petrolera que se realiza directamente en una parte de estos yacimientos está en la proyección de la zona de reclamación en el Océano», conocida como Guayana Esequiba o Región del Esequibo, advirtió Salgado. El analista agregó que el conflicto «está muy ligado a EEUU» debido a la gran participación de las petroleras estadounidenses en el país, donde la compañía ExxonMobil explota la mayoría de los recursos del Bloque Stabroek en una zona que abarca cerca de 26.000 kilómetros cuadrados y se encuentra a 193 kilómetros de las costas de Guyana.

De acuerdo con Energynews, la empresa ha realizado más de 30 descubrimientos en ese bloque desde 2015. Con dos proyectos operativos, Liza Fase 1 y Liza Fase 2, solo esa empresa alcanza una media de 360.000 barriles de petróleo al día. En 2021, las tensiones entre Venezuela y Guyana aumentaron debido a ejercicios militares que la ex colonia británica realizó en conjunto con

EEUU en sus costas, algo que fue considerado por el Gobierno venezolano como una «provocación». Un conflicto heredado Estos yacimientos, confirmados en 2015, reavivaron el conflicto de límites heredado de las viejas potencias coloniales, Reino Unido y España. «El conflicto se mantuvo de muy bajo perfil durante la mayor parte del siglo XX, incluso cuando Guyana se independizó» en 1966, dijo Salgado, pero ahora se ha reavivado por los nuevos descubrimientos petroleros. Venezuela reclama históricamente la Región del Esequibo, que abarca unos 160.000 kilómetros cuadrados al oeste del río Esequibo y posee grandes reservas de petróleo y que contempla dos tercios del actual territorio administrado por Guyana. Para resolver el diferendo, diversas instancias diplomáticas buscaron fijar los límites de la soberanía de ambas naciones aunque sin éxito. La primera tuvo lugar en París en 1899 y contó con la participación de EEUU, en representación de Venezuela y Reino Unido, como administrador de la ex Guayana Británica. En este acuerdo conocido como «Laudo Arbitral de París», se definió someter a arbitraje internacional la disputa fronteriza.

Años más tarde, Venezuela rechazó la decisión final del arbitraje debido a que cedía un territorio de gran riqueza en materia de recursos a Guyana. El laudo fue denunciado por Venezuela ante la Organización de Naciones Unidas (ONU) en 1962, por lo que se intentó nuevamente otra instancia de diálogo. En 1966, ambas naciones firmaron el Acuerdo de Ginebra para buscar una solución pacífica a esta disputa.

El camino hacia los límites fronterizos Sin embargo, Guyana optó por abandonar la discusión territorial en la esfera de Naciones Unidas y en su lugar, llevar el tema a la Corte Internacional de Justicia. En 2018 introdujo una demanda en la que pide al tribunal validar legalmente el laudo arbitral de 1899 que le da control absoluto sobre el territorio. En esa instancia, «está avanzando el expediente a pesar de los esfuerzos que hace Venezuela» porque el conflicto vuelva a estar en órbita de la ONU, manifestó Salgado. «Venezuela insiste con que el tema tiene que volver a la ONU (…) para que se restablezcan los equipos mediadores y los oficiantes de buena voluntad en la ONU y así acercar posiciones», explicó el analista. El experto agregó que, «si bien Venezuela ha tenido que ir a la Corte internacional de Justicia a presentar su posición», que consideró una de las iniciativas compartidas por toda la esfera política del país, «EEUU sigue el camino de la Corte de Justicia». Ante esta situación y considerando que la zona en litigio cuenta con «una posición estratégica en la entrada desde el Océano Atlántico hacia el Caribe», el conflicto podría «ir escalando incluso a nivel de la situación en el territorio», advirtió Salgado. A esto se suman los incidentes con embarcaciones propiedad de las petroleras que no solo operan en la zona sino que han ingresado a mar venezolano, algo que «puede volver a suceder».

Para el analista, la zona «se puede convertir en un foco de conflicto en la medida que no avance la negociación entre EEUU y Venezuela a nivel más global, que está avanzando en forma trabada, todavía con muchas discusiones (…) pero en la medida que eso no avance o que incluso

cambie de signo político EEUU, de acá a dos años, el conflicto de Guyana puede ir escalando».