El gobierno de Iván Duque anda desesperado realizando subastas de energías solar y eólica, sin colocar restricciones a los oferentes para que atiendan al interés nacional.

El sector eléctrico colombiano es el que menos emisiones produce en Colombia. y en el mundo porque a 5 de noviembre el 75% de la generación es con hidroeléctricas. Infortunadamente se han olvidado de promover esta fuente renovable y limpia pía de energía y hay un afán exagerado del gobierno en realizar subastas de energías solar y eólica.

Los países desarrollados tienen claro en utilizar la transición energética como un medio de industrialización y su intención es vender este tipo de tecnologías a los países del Tercer Mundo para que sigan dependiendo de los países desarrollados. del Norte.

En el caso de las energías solar, los grandes suministradores de paneles, convertidores y baterías son los chinos y en eólica también, así como algunos países europeos.

En Colombia no hay ninguna claridad sobre este aspecto de utilizar la transición energética para reindustrializar al país. Esto es lo que ocurre con las subastas de energías renovables, porque todo lo que es solar viene de China, es decir estamos creando empleo para los chinos. En el caso de la energía eólica sucede algo similar, todos los diseños, equipos, construcciones, mantenimiento vienen del exterior.

En otras palabras, seguimos dando continuidad a una política de dependencia del exterior, o sea, continuaremos importando. En otras palabras, va a ocurrir que se dejará de exportar carbón y petróleo e importaremos paneles solares, aerogeneradores, baterías, carros eléctricos, cargadores, todo.

Ahora, según unos analistas, los precios promedio de kilovatio-hora de esta subasta de renovables estuvieron muy altos, o sea, además, de favorecer el empleo de los países vendedores, estamos dándoles unas rentas extraordinarias a las empresas que participaron en la subasta de los parques solares, lo que es inaudito.

Estamos en una política pésima de sometimiento a las multinacionales internacionales, sean chinas, europeas, canadienses o estadunidenses.

Esto hay que cambiarlo, y por lo tanto estas subastas deben suspenderse. Hay que crear una industria local impulsada por el estado, con inversionistas nacionales y extranjeros.

Esto era lo que tenía que hacer Ecopetrol en lugar de comprar sistemas de transmisión eléctrica.

Otro caso similar es el de la fusión de ENEL con el Grupo Empresarial de Energía de Bogotá-GEEB, que he criticado. Con esta alianza, en que la empresa distrital se dejó chantajear por ENEL, toda la generación de fuentes alternativas se hará por ENEL para crear empleo en Italia. Otro grave error de la administración de la señora Claudia López y de una junta directiva integrada por elitistas de la Universidad de los Andes junto con un gerente igualmente elitista y neoliberal.

Y, por si fuera poco, están privatizando la empresa distrital del GEEB, con apoyo de los concejales, con los mismos argumentos que han dado los gobiernos neoliberales para vender ISAGEN e ISA.

Tenemos una política energética pésima. Ojalá que el nuevo gobierno que se posesione en 1922 entienda esto y cambie lo que hoy se está haciendo.

Sorprende que no haya discusión sobre el tema.